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domingo, 15 de marzo de 2009

Inteligencia emocional

1-¿Qué es la emoción?
Las emociones (rabia, miedo, tristeza, disgusto, alegría, sorpresa, interés)
son fenómenos subjetivos, fisiológicos, motivacionales y comunicacionales de corta duración que nos ayudan a adaptarnos a las oportunidades y retos que enfrentamos durante los eventos que son importantes para nosotros en la vida cotidiana.

Son Multidimensionales
Dimensión (contribución a la emoción-Manifestación)
Cognitiva (sentimientos-autoreporte)
Biológica (activación, preparación física- sistema hormonal y autonómico)
Funcional (motivación dirigida a metas- aproximarse o retirarse
Expresiva (comunicación- cara, cuerpo, voz)

2- Diferencia entre emoción y sentimiento
El sentimiento es una dimensión de la emoción, la dimensión cognitiva, es lo que pensamos cuando vivimos una emoción.

3- ¿Cómo controlarla?
A través de la inteligencia emocional. Esta es parte de la inteligencia social y un complemento del cociente intelectual. Específicamente es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones” (Goleman, 1999, pp.385).

Las emociones que expresamos en la vida cotidiana, tienen impacto en nosotros mismos y en las personas que nos rodean. Así, la expresión de nuestras emociones pueden motivar, inhibir o entusiasmar a otros.

3- Emociones sostenidas que producen?
Estados de ánimo (los sentimientos conducen a estados más permanentes o estados de ánimo)
Sentimiento-Estado de ánimo
Tristeza-Depresión
Miedo-Angustia
Rabia-Irritación
Alegría-Optimismo

Estados de ánimo negativos sostenidos producen enfermedades psicosomáticas y dificultades en las relaciones personales y laborales: alopecia, colon irritable, problemas cardiovasculares, crisis de pánico, bajo rendimiento.

4- Qué podemos hacer para desarrollar la IE?
Para desarrollar la inteligencia emocional podemos realizar las siguientes actividades:

Practicar la empatía regularmente: Observe e intente percibir lo que sienten los demás. Póngase en el “zapato del otro” y valide con la otra persona si usted ha reflejado sus sentimientos y emociones.

Ser asertivo: Exprese sus emociones y sentimientos pero en forma modulada de forma que comuniquen a otros como se siente sin ser agresivo(a) o inhibido(a), de manera socialmente apropiada. Saber decir que no, saber pedir favores, solicitudes, expresar sentimientos, iniciar y terminar interacciones o conductas)

Hágase consciente de sus emociones y sentimientos: Deliberadamente ocúpese de explorar, conocer y reconocer los sentimientos y emociones suyos y de otros durante su vida cotidiana. La respiración de las personas, sus condiciones físicas y fisiológicas, la expresión facial y la cercanía o alejamiento físico, pueden ser indicadores de las emociones que las personas experimentan en un momento dado.

Pruebe escribiendo un diario donde comente las emociones y sentimientos vividos diariamente. Luego de un tiempo revise el diario y extraiga conclusiones.

Autorregulación
Déle dirección a los sentimientos y estados de ánimo (buscarles el sentido)
Practique ejercicios para desarrollar las emociones positivas. Ría con frecuencia, genere pensamientos positivos en forma recurrente y comunique su entusiasmo por la vida a otros

Motivación
Las emociones bien manejadas inician, dirigen y mantienen el comportamiento. Empléelas como una fuente de energía para señalar cursos de acción de su propio comportamiento o motivar a otros.

6- Porqué la gente siempre está quejándose, sintiéndose mal?

La felicidad o la depresión

La neurobiología actual, relaciona los estados emocionales con ciertas actividades neuronales del sistema límbico y el hipocampo, cuyo nivel de excitabilidad, produce la percepción o conciencia de euforia o depresión. Pero en las percepciones de felicidad, se integran también otras áreas del cerebro, sin una localización determinada.

Descubrimientos interesantes nos muestran una gran paradoja: el cerebro humano que ha sido estimulado directamente, reacciona de manera placentera seis veces más que de manera negativa. Esto quiere decir, que mayor número de zonas del cerebro sienten placer (35%) y pocas sienten sufrimiento (5%). Sin embargo, en la vida diaria, son pocas las personas que manifiestan sentirse felices y disfrutar de un sano placer.

En el cerebro se generan substancias químicas del grupo de las endorfinas: los péptidos opiáceos naturales, con efectos parecidos a la morfina ya que alivian el dolor, así como otras que producen de manera natural sensaciones de felicidad y euforia, como cuando estamos enamorados.

7- Y que más podemos hacer para sentir eso que llaman felicidad

Ejercicio: para cada queja, tres soluciones

Cómo producirlo mediante acciones voluntarias en la vida diaria:

-hacer ejercicios sostenidos durante más de media hora,
-hacer el amor o estar enamorado por lo que se hace (trabajo, proyecto, tesis)
-ingerir carbohidratos y el tan apreciado chocolate.
-aplicar estrategias de meditación y psicoterapia como la visualización creativa y la programación neurolinguística.
-Practicar la relajación, especialmente de los músculos de la cara, ya que las estructuras cerebrales asocian de manera muy especial, las expresiones faciales a las emociones. Pruebe a relajar en este momento su cara y sienta la diferencia en su tensión.

Regular los pecados capitales o pasiones y practicar las virtudes

Soberbia-Humildad
Avaricia-Generosidad
Lujuria-Moderación (castidad)
Ira (Paciencia)
Gula (Templanza)
Envidia o celos (Caridad)
Pereza (Diligencia, Proactividad)

Conclusiones
Sabemos que hay determinantes que producen infelicidad, difíciles de modificar de manera individual, como por ejemplo algunas enfermedades y los problemas sociales en los cuales estamos sumergidos todos los días. Pero todos nosotros podemos reconocer conscientemente, aquellos que puedan ser modificables por nuestro esfuerzo personal, para mejorar nuestro estado de ánimo y difundirlo a los demás. Dicho de otra manera, podemos estar atentos a las posibilidades de disfrutar, sin llegar al extremo de convertirse en un hedonista individualista; ser flexibles y exponernos a multiplicidad de estímulos nutritivos, para mejorar nuestras conexiones neuronales; cultivar la interpretación optimista de la realidad, practicar el buen humor y mejorar nuestra habilidad de apreciar lo agradable de la vida. Eso se llama sabiduría emocional

Fábula de la felicidad
Asocio a este tema una antigua fábula que contaba que en la oportunidad de creación del hombre y a la mujer a la imagen y semejanza de Dios, fueron diseñados con un cuerpo fuerte y una gran inteligencia, pero se pensó que debían diferenciarse de alguna manera de esa imagen perfecta original, por lo que se decidió eliminarles alguna cualidad. Se pensó mucho acerca de esto y surgió la idea de quitarles la felicidad. Pero el problema era dónde esconderla para que no la encontraran. Se propuso esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo, pero se llegó a la conclusión que con la fuerza otorgada, podrían subir alguna vez y encontrarla, haciéndolo público a los demás mortales. La otra idea era esconderla en el fondo del mar, pero se pensó que con su inteligencia, construirían algún artefacto para bajar y la hallarían. Una tercera posibilidad asomaba esconder la felicidad en un planeta lejano, pero inmediatamente se razonó que con su inteligencia podrían construir una nave espacial y viajar al espacio. De esa manera alguien encontraría la felicidad y todos los seres humanos se convertirían en seres perfectos.

Ante el complejo dilema, un gran sabio que había permanecido silencioso, escuchando atentamente, rompió su silencio y dijo –creo que sé dónde debemos ponerla para que nunca la encuentren–. Todos se voltearon a verlo y le preguntaron a coro –¿en donde?–. El sabio les contestó: –vamos a esconderla dentro de ellos mismos, porque van a estar tan ocupados buscándola afuera, que nunca van a dar con ella–. De inmediato se acordó que esa era la solución al complejo enigma y desde ese entonces, los seres humanos se pasan la vida buscando afuera de ellos la fuente de la felicidad, sin darse cuenta que la tienen muy cerca, porque solo basta permanecer en silencio y mirar hacia adentro… Eso es lo que se llama inteligencia espiritual, pero eso será motivo de otra entrevista

Valarino, E. (2008). Preparándome para una entrevista sobre inteligencia emocional. Disponible en: http://www.ventaninterior.blogspot.com

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