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lunes, 20 de julio de 2009

Amor por internet (dimensiones )

Muchas cosas se han escrito acerca de las nuevas tecnologías de información y comunicación y las relaciones amorosas. Sobre todo el uso de los chats y el correo electrónico. Inclusive se afirma que las relaciones de pareja en el futuro, se iniciarán más comúnmente a través de relaciones virtuales que presenciales. Este tipo de encuentro virtual es interesante de abordar y analizar.

Puede ser diferente cuando dos personas se conocen por la web de manera intencional que cuando ésta facilita un intercambio fortuito por otras razones. En el primero de los casos, las personas van hacia ese encuentro con una idea predeterminada de lo que desean, e inclusive se definen a si mismos y al perfil de persona con la que quieren establecer una relación, ya sea de amistad o de pareja.

Cuando se entra en las diferentes salas de chat en internet con estos objetivos, hay un sin mundo de variedad de opciones. Pueden existir grupos de encuentro virtual clasificados por edad, por afinidades, por objetivos o categorías varias, privados o públicos, variando también el estilo de aparición o tipo de comunicación. En todas ellas, la persona inicia su ingreso con un nick o nombre corto que por lo general es falso para resguardar la identidad sobre todo en los chats públicos. Puede utilizar también formas gráficas o íconos para apoyar tal identidad. Acompañando a esto puede o no haber la posibilidad de describirse a si mismo, con base a características sencillas o más detalladas, e igualmente se puede definir a la persona con la cual se desea entablar un encuentro.

Muchos dicen que este tipo de relación o juego es banal y sin sentido, una “perdedera de tiempo”; otros por el contrario defienden la idea de la conveniencia de esta forma de comunicación, especialmente por la alta posibilidad de conocer un mayor número de personas y tener más opciones para elegir entre ellas.

Se encuentran las salas de chat que son solo para divertirse, descargar emociones, a veces muy cruentas o negativas; también las hay que son más serias y con propósito más agradable y positivo. Pero el clima de cada encuentro podrá variar día a día, de acuerdo a la combinación de personas que se alojen en ese espacio virtual en un momento dado. Existen los fanáticos, los habituales, así como los exploradores virtuales ocasionales.

Un encuentro virtual en este tipo de ambientes, tiene varias ventajas: el anonimato, la sincronicidad en la distancia, la variedad de opciones, la falta de estímulos visuales o kinestésicos iniciales que puedan perturbar la relación, la estimulación de la fantasía e imaginación. Pero si las personas no se salen de la rigidez de las condiciones iniciales, no podrán realmente tener encuentros más personales. Por eso, cuando dos personas se conocen y comienzan a tener alguna afinidad, de inmediato se pasan a otro tipo de chat que ofrece más ventajas tecnológicas y requiere algo más de compromiso personal y privacidad, no sin antes haber efectuado las típicas preguntas iniciales: edad, ciudad donde vive, estado civil, intereses laborales y afectivos.

Sin embargo, también hay desventajas de este tipo de encuentro, porque favorece la falta de sinceridad, el engaño, la desmesura, el desbordamiento de emociones, las dificultades para comunicarse por un solo canal y la utilización de mucho tiempo hasta que se pueda encontrar alguna persona afín que se identifique y que realmente desee ese tipo de encuentro. También requiere de manera absoluta la participación al menos por escrito de cada persona. No es posible establecer comunicación si esto no sucede.

No se puede afirmar que tales encuentros no conducen a algo positivo, porque existen muchos testimonios de personas que se han conocido por este medio y han podido tener luego relaciones estables y duraderas, e inclusive uniones matrimoniales. Pero no son la mayoría de los casos. Sin embargo, al igual que los encuentros ocasionales o fortuitos, tampoco garantizan el éxito o la continuidad de una relación.

Quizás es diferente un encuentro virtual cuando sucede sin premeditación o sin el interés inicial de satisfacer necesidades afectivas. Por ejemplo, aquellos que se dan entre miembros de listas electrónicas temáticas o que asisten juntos a cursos a distancia o e-learning. En este caso, los participantes comienzan con buen pie, porque su identidad es conocida y el margen de engaño se reduce considerablemente. En la medida en que la comunicación se incrementa, pueden o no surgir los intereses amorosos o de amistad personal entre ellos.

Como en todas las relaciones humanas, los encuentros se caracterizan por lo que sucede en esa comunicación desde el mismo principio en que se inicia. Hay psicólogos que afirman que los primeros minutos en una relación entre dos personas marca esa relación hacia el futuro. Si dos personas se encuentran y comienzan a intercambiar mensajes de forma positiva para ambos rápidamente, hay mayores probabilidades de continuar esa relación por mayor tiempo y de manera exitosa.

En los encuentros virtuales se dan varias dimensiones. La primera es la dimensión verbal centrada en los mensajes escritos. La segunda es la dimensión verbal centrada en la palabra, como el caso de los chats que permiten conferencia síncrona. La tercera es la dimensión visual estática (fotografías), para continuar con la dimensión visual dinámica (cámara de video con o sin sonido). Solamente la dimensión kinestésica no es posible por ahora en los encuentros virtuales (sensaciones olfativas, de piel, de tacto). Esta no puede darse sino en los encuentros presenciales. Las dimensiones intelectual, afectiva, espiritual y trascendente, son también muy importantes y se dan de manera paralela a las anteriores. Dependiendo de la riqueza en la expresión e integración de todas esas dimensiones en una sola imagen real, además de virtual, se construirá una relación efectiva y se podrá predecir en mayor o menor grado, su permanencia en el tiempo.

Esta es una nueva forma de abordar las relaciones de pareja, que requerirá de mucho tiempo para analizar y llegar a comprender perfectamente. Los que han vivido esta experiencia se preguntan: ¿porqué puedo sentir algo especial hacia una persona que nunca he visto, que nunca he tocado, que no se si me dice la verdad? ¿cómo es que me hace falta? ¿es esto un tipo de adicción? ¿tendrá esta relación algún sentido? ¿qué sentiré cuando la conozca? ¿se desmoronará lo que siento y se desvanecerá como un castillo de naipes produciéndose una gran frustración? ¿quién o qué me garantiza que algo positivo va a salir de este encuentro? ¿estaré perdiendo el tiempo? ¿cómo reconocer lo que es verdad o es mi propia fantasía o la del otro la que está ejerciendo influencia? ¿será que lo que siento es amor o es ilusión? ¿durará más una relación de este tipo que si la hubiera conocido por otro medio? ¿cómo resolver la brecha de la distancia física cuando inicialmente eso no fue ningún problema?¿podrá este tipo de relación considerarse una infidelidad si ocurre de forma paralela a una relación presencial? ¿deberé correr el riesgo de un encuentro con esa persona? ¿cómo protegerme de peligros o que me puedan herir emocionalmente? ¿cuánto dura el amor por internet?...son tantas preguntas que plantearse y tan pocas las respuestas ciertas…

Poco a poco seguiremos escribiendo sobre el tema y relatando algunas experiencias verdaderas.

Se agradece respetar los derechos de autor y hacer la referencia de la fuente de este blog.
Valarino, Elizabeth (2009). Amor por internet (dimensiones) .Publicado en: http://ventaninterior.blogspot.com

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